Si se lo tengo que pedir…

Si se lo tengo que pedir…
Allá por el año cuatro caña, cuando yo era chiquita, se usaba que la maestra te pusiera un comentario en la boleta de calificaciones.

Por bimestres, semestres y años, el comentario de mi maestra en turno era el mismo: Elena podría tener un mejor desempeño si platicara  un poquito menos.

Estas inocentes mujeres no se percataban que yo estaba ejercitando el don más preciado que tengo. El regalo celestial que pone el pan en mi mesa y que ha acompañado en el camino a mis adorados alumnos, para hacer unas transformaciones espectaculares en sus vidas.

Si señor, lo mío, lo mío, lo mío es hablar.

Sin distinción de tema, interlocutor o idioma, las palabras salen de mi boca sin ningún esfuerzo ni medida para expresar lo que siento, lo que pienso y lo que quiero. 

Para mi el; 

Si se lo tengo que pedir ya no lo quiero, porque, si me ama tiene que adivinar lo que quiero, siento y pienso.

Nada más aplica para Kaliman y sus poderes mentales. El resto de los humanos necesitamos hablar si queremos entendernos. 

Tu marido, esposa, amigo, compadre, hijo, tío, prima,  papá o quien sea, no es adivino y te puedes evitar muuuuchos dolores si simplemente entiendes que:

EL OTRO NO ES MALO, NO ES TONTO, NO ES INDIFERENTE, SIMPLEMENTE ES OTRO.

Así que, de una manera, respetuosa, amorosa y amable, di eso que quieres y aplica el;  

Si te lo tengo que pedir es porque entiendo que eres otro y deja las adivinanzas para Kaliman.

Serenidad y paciencia,

​Elena Santos